LA COPA DEL MUNDO
La Copa del Mundo siempre trae momentos inolvidables. Aplaudimos a nuestro país, gritamos, saltamos y a veces nos conmovemos al punto de llorar.
Debido a la presión de la competencia, es posible observar la fragilidad física y emocional, tanto de los jugadores como de la fanaticada.
Es habitual que los jugadores abandonen la competencia tras sufrir una lesión, o incluso vuelvan al banquillo por no encontrarse bien emocionalmente.
También podemos ver a aficionados que se enferman durante el partido, por el exceso de tensión.