¡Encuentra el Camino!

Cuando el Futuro es Incierto

En algún momento todos hemos deseado que lo que estamos viviendo fuera sólo un mal sueño.

Desde hace más de un año, nuestras vidas han sido marcadas por desafíos y pérdidas sin precedentes, causadas por la pandemia y otros agravantes. Y como humanos, es natural que te sientas agobiado/a por la incertidumbre. Esto ha irrumpido y ocasionado grandes estragos en nuestras vidas, llevándonos a una desesperanza indescriptible, frente a un futuro borroso e incierto.

Dios nos promete un Futuro y una Esperanza

En estos tiempos, cuando nuestra fragilidad ha sido expuesta, nos damos cuenta que ninguno de nosotros tiene nada seguro, excepto en Jesús.

Cuando ponemos nuestra fe en Jesús podemos comenzar a entender que Sus planes para nosotros son para nuestro bien y para darnos un mejor futuro (Jeremías 29:11). Y sobre todo, Él nos ofrece una esperanza que nos sostiene en medio de cualquier situación, sin importar cuán difícil parezca.

Él te ama y quiere que Le conozcas

…sin embargo, tus pecados te separan de Dios (Romanos 3:23). Pero Él, en Su gran amor por ti, ha provisto de una solución; que Jesús muriera en la cruz por tus pecados.

La Biblia nos dice que: "…Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Jesús vivió una vida libre de pecado, lo cual hace que Su sacrificio sea perfecto para darte un camino de vuelta a Dios.

Cuando admites que tu pecado te ha separado de Dios, y aceptas el sacrificio de Jesús pidiéndole que sea tu Señor y Salvador, Él te da Su perdón y la vida eterna. Ese es un regalo de Dios y no hay nada que puedas hacer para ganártelo (Efesios 2:8).

Dios está esperándote con los brazos abiertos para cambiar tu incertidumbre por esperanza. El único mediador entre Dios y tú es Jesús. Habla directamente con Él ahora. Acepta que Jesús es el verdadero Hijo de Dios y que murió por tus pecados. Pídele perdón por esos pecados y acéptale como tu único Salvador.

ABRE TU CORAZÓN Y DILE:

“Señor Jesús, Yo creo que eres
el Hijo de Dios. Gracias por morir
en la cruz por mis pecados. Perdone y dame el regalo de
vida eterna. Te pido que entres en
mi vida y mi corazón y seas mi Señor
y Salvador. Quiero servirte siempre".

¿Entendiste lo que acabas de leer?